El yenes Japones es la unidad monetaria utilizada en Japón​ y la tercera moneda más valorada en el mercado de divisas después del dólar estadounidense y el euro. También es usada como moneda de reserva junto al dólar, el euro y la libra esterlina. Como es común en la numeración japonesa, las cantidades grandes del yen se cuentan en múltiplos de 10 000

El yen perdió la mayor parte de su valor en la Segunda Guerra Mundial. Después de un período de inestabilidad en 1949, el valor del yen fue fijado a 360 yenes por dólar según un plan estadounidense, parte del sistema Bretton Woods, para estabilizar los precios de la economía japonesa. Esa tasa de cambio se mantuvo hasta 1971, cuando Estados Unidos abandonó el estándar de cambio del oro, parte clave del sistema de Bretton Woods, e impuso un impuesto a las importaciones de un 10 por ciento, provocando que surgiesen las tasas de cambio flotantes en 1973.

En 1971, el yen estaba infravalorado. Las exportaciones japonesas costaban muy poco en los mercados internacionales, y las importaciones extranjeras costaban mucho a los japoneses. Esta infravaloración se vio reflejada en la balanza de pagos, que había pasado de un déficit comercial a principios de los años 1960 a un superávit de 5 800 millones de dólares en 1971. La creencia de que el yen y otras divisas estaban infravaloradas motivó las acciones llevadas a cabo por Estados Unidos en 1971.
A partir de la devaluación del dólar en 1971, el gobierno japonés aceptó una nueva tasa de cambio fijo con los Acuerdos del Smithsonian, firmados a finales de año, dejando la tasa de cambio en 308 yenes por dólar. Sin embargo, ello influyó en forma negativa en lo referente a la oferta y demanda, anulándose estas tasas en 1973 y pasando a ser las divisas de cambio flotante.

En los años 70, el gobierno japonés y los hombres de negocios estaban concienciados de que una subida del valor del yen dañaría el crecimiento de las exportaciones, ya que haría los productos japoneses menos competitivos y ello dañaría la industria. Por consiguiente, el gobierno siguió interviniendo en el mercado de divisas (comprando o vendiendo dólares), incluso después de la decisión de pasar la moneda a un mercado de divisas flotantes en 1973. A pesar de la intervención, las presiones de mercado causaron que el yen siguiese subiendo, llegando a alcanzar la tasa de 271 yenes por dólar en 1973, antes de que se notara el impacto económico de la crisis del petróleo de 1973. El alto precio del yen provocó que el yen se depreciase en un intervalo de 290 a 300 yenes entre 1974 y 1976. La reaparición de un superávit comercial hizo que el yen volviese a valer 211 yenes por dólar en 1978, aunque debido a la crisis del petróleo de 1979 hizo que el yen bajase de nuevo a 227 yenes por dólar en 1980.
En la primera mitad de los años 1980, el yen bajó mucho de valor, incluso a pesar de la existencia de un superávit comercial. Así, el dólar pasó de valer 221 yenes de media en 1981 a 239 en 1985. El aumento del superávit de cuenta corriente hizo que la demanda de yenes aumentase en los mercados extranjeros, pero esta demanda fue desplazada por otros factores. Una gran diferencia en los tipos de interés, con los mismos más altos en EE. UU. que en Japón, y la continua desregulación del capital, hicieron que surgiese una gran salida de capital bruto de Japón. Todo esto provocó que aumentase la demanda de yenes japoneses, ya que los inversores nipones cambiaron los yenes por otras divisas a la hora de invertir en el extranjero. Todo ello provocó que el yen se debilitara frente al dólar y causó la aparición de un gran superávit comercial en los años 80.

n 1985 comenzó un gran cambio, ya que las principales potencias económicas firmaron el Acuerdo de Plaza, en el que se afirmaba que el dólar estaba sobrevalorado (y, por tanto, el yen infravalorado). Este acuerdo, y varios cambios en la oferta y demanda y presiones de los mercados, hicieron que hubiese una subida súbita del valor del yen. De ahí que se pasase de un valor medio de 239 yenes por dólar en 1985 a un valor pico de 128 yenes en 1988, doblando su valor relativo al del dólar. Tras unos declines en 1989 y 1990, llegó a un nuevo récord de 123 yenes por dólar en 1992. En abril de 1995, el yen llegó a un valor de 80 yenes por dólar, haciendo temporalmente la economía japonesa del mismo tamaño aproximadamente que la americana.

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